Un estudio realizado por investigadores del King’s College de Londres y publicado en la revista ‘Journal of Investigative Dermatology‘ reveló que las células de la piel de las personas con acné son menos vulnerables al envejecimiento, lo que significa que la piel de estas personas envejece de manera más lenta en comparación con la de aquellas que no sufren o sufrieron problemas dermatológicos.
Esto se debe principalmente al factor genético y depende de los telómeros, que son las ‘tapas’ de los extremos de las cadenas de ADN. Los telómeros protegen nuestros cromosomas del deterioro, y son más largos en las personas que sufren o sufrieron de acné.
En el estudio participaron 1.205 gemelas, un 25% de las cuales tenían acné.